El acné es un problema cutáneo muy frecuente en las épocas cercanas a la adolescencia, afectando sobre todo a jóvenes de entre 12 y 20 años. Los poros de la piel se taponan y se acumula grasa dentro de ellos. Así, se forman los granos que aparecen fundamentalmente en la cara y en la parte superior del tórax.
En términos generales podemos clasificar el acné en:
- Comedoniano: cuando predominan las espinillas y puntos negros.
- Inflamatorio: cuando sobre todo encontramos granos rojos y/o con pus.
- Nódulo-quístico: cuando las lesiones son más profundas, duras y en ocasiones dolorosas al tacto.
Lo habitual es padecer un acné mixto, es decir, que combine varios de los tipos anteriores.
¿Se puede tratar?
El tratamiento del acné sirve para reducir el número de granos nuevos que aparecen y también para curarlos antes, pero se puede tardar hasta 4 semanas en notar la mejoría. La colaboración del paciente es muy importante, se debe tener paciencia y no abandonar el tratamiento que haya recomendado el médico.
Existen muchos tratamientos disponibles. El dermatólogo decidirá si lo más conveniente es un tratamiento tópico, oral, o una combinación de ambos, y si es preciso asociar algún tratamiento potenciador como peelings, o tratamientos más novedosos como láser, luz pulsada o terapia biofotónica.
De todos modos, a parte del tratamiento, existen una serie de recomendaciones básicas que sirven para casi todos los acnés:
- Realizar diariamente una correcta higiene con un limpiador adecuado, para eliminar bacterias que intervienen en la aparición de acné, y también para retirar el exceso de sebo. Secarse con suavidad sin frotar. Mantener el cabello limpio y apartado de la cara, sobre todo si es graso.
- No se deben manipular las lesiones, pues así se favorece la sobreinfección, la formación de costras y, en algunos casos, podemos empeorar el proceso natural de cicatrización.
- Puede ser conveniente exfoliar la piel para reducir la aparición de comedones y facilitar la penetración de los productos de tratamiento tópico. En casos de lesiones muy pustulosas y exudativas (granos supurativos) se aconseja no exfoliar hasta que baje la fase de inflamación.
- Las restricciones dietéticas son controvertidas. Los alimentos grasos, como el chocolate, no producen acné y no es necesario evitarlas. De todas formas, si el paciente nota que empeora cuando toma determinados alimentos grasos, puede restringirlos.
- Para las mujeres: es mejor evitar los maquillajes y cosméticos grasos porque taponan los poros. Sin embargo, actualmente la mayoría de los cosméticos disponibles en el mercado son libres de grasa (oil free) o no comedogénicos (es decir, no tienen tendencia a producir acné), por lo que no es necesario prohibir de forma sistemática el uso de maquillaje, ya que puede ser un adecuado sistema de camuflaje hasta que mejore el aspecto de la piel.
- Para los hombres: es probable que el afeitado empeore el acné, por lo que es mejor evitarlo. Es recomendable averiguar si va mejor la máquina eléctrica o el afeitado con cuchilla.
- El estrés es un factor muy importante en el acné juvenil. Tener un aspecto desagradable acompleja al adolescente, y este malestar a su vez puede empeorar las lesiones de acné. Por eso, en ocasiones es conveniente analizar no sólo el problema dermatológico, sino también su estado emocional.
- Es normal que los medicamentos que se aplican sobre la piel produzcan al principio irritación, enrojecimiento y ardor. Deben aplicarse después de lavarse y secarse bien la cara. Se puede empezar con pequeñas cantidades e incluso a días alternos si irritan, e ir aumentando paulatinamente la cantidad.
Fuente: Guía práctica de la salud SemFyC; https://hospitaldenens.com/es/guiade-salud-y-enfermedades/el-acne-juvenil/.